Como en los viejos malos tiempos, cada argentino que viaje al exterior deberá tener a mano una calculadora para hacer varias divisiones a la hora de determinar cuánto representa en pesos cualquier gasto en moneda extranjera.
Todas, obviamente, tienden a complicar los viajes y a encarecer los poblados "tours de compras" al exterior, verdadero objetivo de la proliferación de controles y restricciones oficiales. Pero la ofensiva para frenar al turismo emisivo también encierra otros efectos no buscados.
Entre ellos, un desaliento del turismo receptivo (o sea, de los extranjeros que viajan a la Argentina) y también la perspectiva de mayores precios para los argentinos que decidan veranear en los centros turísticos de su propio país...
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